El 30 de abril fue uno de esos días que no se repiten en
mucho tiempo. Empecé el día por el futuro, quiero decir, cuidando a mi hija
menor.
A las 12 me fui a Plaza de Mayo a pelear por ella. La
convocatoria de lxs docentes fue en Av. De Mayo y 9 de Julio. Caminando por las
calles vacías de mi barrio, saqué las primeras fotos de un día que, prometía,
poco ruido de bocinas y mucho de bombo.
Llegando a la Av. Corrientes vi en el semáforo el
colectivo 26 parado y le toqué la puerta. Me abrió. “Hasta 9 de julio” dije con
la voz fuerte para que se sepa adónde iba. Después me di cuenta que todxs
íbamos hasta allá porque bajamos todxs juntos.