martes, 30 de julio de 2013

Historia de la escuela secundaria

Breve recorrido por la historia de la escuela y los sistemas educativos.

Introducción.

El objetivo del siguiente trabajo es construir un recorrido de la escolarización y los sistemas educativos. En él se buscará el origen de la escuela, sus diversas etapas y métodos, la configuración y masificación, la construcción de dispositivos de la escuela moderna y luego se relacionará con el caso del Sistema Educativo Argentino. Finalmente, se reflexionará sobre el futuro de la escolarización, teniendo en cuenta la crisis de la escuela y de los sistemas educativos.


¿Siempre existió la escuela?

Esta pregunta es la clave del trabajo. La escuela, tal como la conocemos hoy, no siempre existió. Si hiciéramos un breve repaso de los orígenes de la educación tendríamos que decir que la educación viene con la vida misma.
La metodología educativa helenista, retórica y dialéctica, llega a occidente a través de Roma. Es aquí donde se da la asociación entre oficio y llamado. Se impone el método helenista pero con una cosmovisión teocrática, con la finalidad de educar al hombre para: 1. Amar a dios, 2. Amar a los demás, y 3. Amar a sí mismos. Para eso, ya en el siglo VII, suma el oficio a una sola persona, asocia el leer y escribir, y finalmente las juntas en un solo lugar: el monasterio. Así quedaba constituida una primera configuración, UN SOLO ÁMBITO, UN SOLO TEXTO, UN SOLO DOCENTE.

Dos escenarios. Larga duración y corta duración. 
     
En el marco de la modernidad, comienza una nueva etapa en la historia de la escolarización.
Tres movimientos actúan como fuerza de una lenta deconstrucción del antiguo régimen feudal para dar paso a un nuevo orden mundial: 1.La reforma protestante del siglo XV, 2.el humanismo del siglo XVI y 3.la Ilustración en el siglo XVIII. 
De este proceso se despegan tres elementos del orden moderno: 1. El estado, con el nuevo arte de gobernar; 2. El capitalismo, con su nueva división funcional del trabajo; y 3. La revolución científica, con el uso de la razón y la técnica para dominar la naturaleza. 
En la modernidad, con sus innovaciones revolucionarias y una nueva idea de infancia triunfa la escuela como dispositivo educativo funcional a este proyecto.
Desde mediados del siglo XIX, se da un cambio de ritmo. Se instala una nueva agenda, en esta nueva etapa se construyen nuevos sujetos:
·         El ciudadano
·         El trabajador
Se requiere que los hombres se reconozcan como ciudadanos del nuevo orden político liberal y trabajadores (productores) del nuevo orden económico capitalista. 
Tres ideas aparecen que le dan nuevas funciones a la escuela:
·         Libertad.
·         Identidad. 
·         Progreso
Las nuevas características de la educación serán:
·         Universal, para todos.
·         Simultáneo, al mismo tiempo.
·         Homogénea, que todos se reconozcan al mismo tiempo como parte de un proyecto.
La forma que se utiliza para esta finalidad es LA ESCUELA.

La escuela moderna. El taller de hombres.

Como dice Raimundo Cuesta Fernández, “los planos guía de la escuela de la modernidad se empiezan a levantar en el siglo XVI y se van completando en el transcurso del Antiguo Régimen…”[1] Para Cuesta Fernández, la combinación del monopolio de la violencia física del Estado y la violencia psíquica de la iglesia hicieron de la escuela el espacio para crear la libido trabajante de suma utilidad para el naciente capitalismo. Así comienza el lineamiento del primer sistema escolar de la modernidad. Martín Lutero (1483-1546) y los reformistas son los primeros que plantean la universalidad y obligatoriedad escolar. Claro está que lo proponen para la educación religiosa y la salvación como finalidad.
Pero también es acá donde comienza la idea de que los padres dejen en manos de las autoridades civiles y eclesiásticas la educación de sus hijos; Cuesta Fernández afirma que “… en realidad la nueva iglesia, como la antigua, sospecha de las capacidades e idoneidad de los padres para la educación de sus hijos…[2]
La construcción de un artefacto educativo para todos, que rompe con la educación elitista de la nobleza, los príncipes y el clero, viene de la mano del pastor checo Jan Amos Comenio (1592-1670). En 1657 aparece la obra Didáctica Magna que, para Mariano Narodowski, expresará “el paradigma transdiscursivo de la pedagogía moderna” (…) “Un núcleo epistémico común, que habrán de compartir – a pesar de sus diferencias teóricas e ideológicas- mal que les pese, todos los pedagogos y las pedagogías de la modernidad”.[3]
Siguiendo a Narodowski, Didáctica Magna “…se trata de una verdadera ´caja de herramientas´ que, a través de normas y explicaciones, constituye el esquema básico para las actividades de enseñanza en escuelas por parte de los educadores modernos”.[4] En este sentido, sigue Narodowski, aparece la utopía educativa. “Una concepción moderna de infancia y la constitución del alumno como lugar del no saber, una alianza entre escuela y familia (…) la instrucción simultánea que determina el lugar del docente como lugar del saber y la simultaneidad sistémica que hecha las bases para la creación de los sistemas educativos nacionales…”[5]
La escuela sería entonces el taller de hombres, el lugar donde se producirían los Hombres.

Los sistemas educativos.

Citando el texto de Felicitas Acosta[6] “un sistema educativo supone la integración de las diversas opciones educativas de que se dispone en un territorio nacional”.
“La educación secundaria aparece en el pasaje del siglo XVIII al siglo XIX, en el momento en que algunos estados europeos comenzaron a construir instituciones públicas para la educación”[7]. Entonces, para fines del siglo XIX y principios del siglo XX ya tenemos sistematizado vía plan de estudio los tres niveles educativos:
·         Primario
·         Secundario
·         Universitario
Esta sistematización produce varios efectos. Por un lado, la universidad succiona al resto de los niveles. Cuando la escuela elemental se hace obligatoria, como muestra la foto del salón de clases de Inglaterra de 1900, los sectores populares ejercen presión sobre el secundario y éste, a su vez, va a estar orientado hacia la universidad. Esta succión de la universidad termina generando un conflicto en el secundario preguntándose para qué sirve. Por otro lado, genera una suerte de desrresponsabilidad, ya que la universidad le echa la culpa al secundario por la falta de formación; el secundario le echa la culpa a la primaria y así sucesivamente hacia atrás. Todos reclaman al nivel anterior la no formación de los alumnos.
El momento de masificación del nivel secundario se da en la segunda posguerra, como iniciativa de los recién fundados Estados de bienestar sobre la idea de movilidad social. Como aparece en la foto del salón de clases de Estados Unidos (High School) (1957)

Principales discusiones en torno de los fines sociales de la escolarización.

Las explicaciones sociológicas para la función de la escuela son muchas y diversas. En principio, como dicen Carlos Alesón y Mariano Fernández Enguita, “podemos ubicar a las distintas corrientes sociológicas a lo largo de un continuo que va del determinismo al voluntarismo extremos, del estructuralismo al individualismo metodológicos”.[8] En el enfoque determinista encontramos al funcionalismo y las teorías de la reproducción, mientras en el extremo opuesto encontramos el enfoque interaccionista y las teorías de la resistencia.
Para el funcionalismo, de los ´50, “la escuela, como el mercado, es una institución selectiva que acuerda recompensas a los individuos de acuerdo a sus méritos…”[9]. La reacción interaccionista, consistía en ver lo que sucedía dentro de la “caja negra” que era la escuela. “Sus relaciones sociales interindividuales y la forma en que eran percibidas, mediadas y dotadas de significado por los individuos participantes.”[10]. Las teorías de la reproducción, social, cultural, de la correspondencia y credencialista de los ´70, tomadas globalmente, plantean que la educación reproduce las relaciones de dominación cultural, social y las desigualdades de la sociedad a través de la reproducción del discurso de las clases dominantes y del rol del Estado. Luego vendrán las teorías criticas de los ´80. Estas teorías “se alejan tanto de la sociología de la educación funcionalista, de su carácter positivista y su optimismo ingenuo, como de las teorías de la reproducción, de su mecanicismo y pesimismo”.[11]

El caso del Sistema Educativo Argentino.

María Rosa Almandoz es muy clara cuando plantea que “a partir de la segunda mitad del siglo pasado (siglo XIX) la obligatoriedad escolar y la alfabetización universal expresan la doctrina de la política educativa de todos los estados nacionales modernos”.[12] En este sentido, sigue la autora, la ley 1420, de 1884 y la primera ley de educación común fue la herramienta que orientó la temprana expansión del sistema educativo argentino (…) universal, obligatorio, integral, gradual, laica y gratuita”.[13]
En la Argentina, Acosta plantea que el secundario que se incorpora toma como modelo al prusiano y al francés con una función propedéutica. Además, la escuela secundaria argentina es producto del cruce de dos tendencias frente a la expansión: la continuidad del modelo institucional tradicional y la expulsión. Estas escuelas, como el Colegio Nacional de Buenos Aires (1863) eran las instituciones encargadas de formar a las clases dirigentes y para la universidad. En ese mismo período se crearon las escuelas normales que formaban para el ejercicio de la docencia.
La expansión del secundario en la Argentina también se dio como en Europa a mediados del siglo XX. Durante los dos gobiernos peronistas (1946-1955) se produjeron cambios importantes en el nivel medio. Durante el desarrollismo, hubo una fuerte demanda del nivel medio. Siguiendo a Acosta, “el desarrollo económico social del período permite comprender la expansión de las modalidades con salida laboral por sobre las tradicionales.” Más adelante, con la dictadura cívico militar (1976-1983) durante un proceso de desindustrialización del país y de restricción del ingreso a la universidad, se dio un fuerte crecimiento de los bachilleres frente a las modalidades técnicas y comerciales;  quedando éstos como bien apunta Acosta como “playas de estacionamiento” para una cantidad de adolescentes. Con la llegada de la democracia, en el año 83, la matrícula del nivel medio comenzó a aumentar llegando a 67,2% de los adolescentes para 1996, debido a medidas tomadas desde el Estado. Aunque también crece la fragmentación entre escuela privada, dedicada a los sectores medios y altos y la escuela pública, que queda para sostener la demanda de los sectores populares.

Conclusión.

Finalmente, llegamos a nuestros días con la esperanza de que la escuela resuelva los problemas que la sociedad no pudo resolver. La promesa de la igualdad de oportunidades, de que el éxito escolar llevaba al éxito social no se cumplió. Esta situación generó una crisis de la escuela y de los sistemas educativos. Crisis que se manifiesta cuando los saberes ya no los hegemoniza la escuela, ahí se rompe la alianza entre familia y escuela, entra en crisis la estatalización y por lo tanto cae la autoridad. Entonces la pregunta de cierre es ¿PARA QUÉ SIRVE LA ESCUELA SI TODO FRACASA?
La foto del salón de clases del 2012 muestra una postal de las nuevas tecnologías en las aulas, pero también se puede observar que, con esta nueva incorporación, existe una alteración del orden escolar tradicional, donde los saberes ya no los tiene exclusivamente el docente (la escuela) por lo tanto la autoridad tampoco y el lugar del alumno (la infancia), por ende, no es el mismo. Sin duda, deberemos debatir en la sociedad las mejores formas de rencausar el viejo anhelo de enseñar todo a todos al mismo tiempo.




[1] Cuesta Fernández, Raimundo. Felices y escolarizados. Crítica de la escuela en la era del capitalismo. Barcelona. 2005. Paidos. Pag 15
[2] Idem . pag 19
[3] Narodowski. Mariano. Después de clase. Buenos Aires. Novedades educativas. 1999. Pag 17
[4] Ídem. Pag 18
[5] Idem. Pag 20
[6] Acosta, Felicitas. Escuelas secundarias y sistemas educativos modernos: análisis histórico comparado de la dinámica de configuración y expansión en países centrales y en la Argentina. HISTEDBR, n42, junio 2011.  Pag. 7
[7] Idem. Pag 2.
[8] Aleson, Carlos. y Fernández Enguita, Mariano. La investigación educativa en sociología. Jornadas nacionales de investigación educativa. ICE Universidad de Cantabria, España. 1988. pag. 4
[9] Ídem. Pag 5
[10] Ídem pag 6
[11] Bonal, Xavier. Sociología de la educación. Una aproximación crítica a las corrientes contemporáneas. Barcelona. Paidos. 1998. pag 121
[12]Almandoz, María Rosa. Sistema educativo argentino. Escenarios y políticas. Buenos Aires. Editorial Santillana. 2001.  Pag 64
[13] Ibídem. 

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