Ya salieron con otra pelotudez. A pocos meses de las
elecciones, donde hay claras posibilidades de que se puedan ir del gobierno, el
ministerio de seguridad, dirigido por el fantoche de Patricia Bullrich, firma
una resolución en la que crean el “Servicio cívico voluntario en valores”. Sin
pasar por el Congreso.
Otra vez la excusa es la famosa expresión vacía de
contenido, pero súper marketinera “los ni, ni”: aquellxs jóvenes de entre 16 y
20 años que no estudian, ni trabajan.
Como un clima de época, con la emergencia de Donald Trump
en EEUU y Bolsonaro en Brasil como principales ejemplos, el gobierno nacional
se enmarca en las grandilocuentes declaraciones fascistoides y pretende enviar
a nuestrxs jóvenes a manos de la fuerza armada más represora de los últimos
años: la gendarmería.
El tema es más profundo y tiene dos aristas.
Por un lado, el ideológico. El 9 de julio pasado, el
ministro de defensa, en el marco del desfile militar, donde estuvo presente Aldo
Rico, declaró que los levantamientos carapitandas de 1987 y 1988 fueron un
hecho menor. Unos días después, el ministerio de seguridad, en línea con esas
declaraciones, impulsa la “Colimba de Valores”. Es decir, en tanto proyecto
ideológico, se pretende involucrar a las fuerzas armadas en la vida política
argentina.
Por otro lado, el político. La juventud es un sector
potencialmente peligroso. De allí surgen las principales resistencias a las
políticas neoliberales y por eso la represión y el disciplinamiento siempre
apuntan a la juventud. Y entre los jóvenes, a los más pobres. Lo que se
denomina la criminalización de la juventud y la pobreza. Es decir, en tanto
proyecto político, se pretende involucrar a las fuerzas armadas en el
disciplinamiento de la juventud.
El problema de fondo.
El problema es el fracaso del modelo económico y el rol
del Estado. Y las principales víctimas son lxs jóvenes.
En cuanto a lo económico, las políticas del gobierno han aumentado
la pobreza que ya alcanzó al 35% de la población. Además, la mitad de los jóvenes
son pobres. Y la desocupación golpea más a los jóvenes y sobre todo a las
mujeres jóvenes.
Al mismo tiempo aumentó la concentración del capital y la
desigualdad en el reparto de la riqueza. En ese contexto, el rol del Estado neoliberal
es abandonar a las personas dejándola en la calle mientras beneficia permanentemente
a los sectores ricos.
Entonces buscan anuncios electoraleros y utilizan los
medios de comunicación para acrecentar el impacto de las medidas.
La salida es más educación.
Mientras el gobierno propone destruir la educación
pública; mientras los empresarios proponen flexibilizar el empleo; mientras los
medios siguen estigmatizando a los jóvenes: lxs docentes tenemos mejores ideas:
más educación para lxs pibxs y más trabajo para todxs.
Creemos que la escuela es el mejor lugar para lxs chicxs.
Pero escuelas en condiciones. Nuestrxs pibxs vienen mal comidos y desabrigadxs.
Muchxs no tienen zapatillas, ni carpetas, ni biromes. Y en las escuelas hay
ratas, hace frío, muchas veces no hay agua.
El gobierno desfinancia las escuelas para después
descargar su fracaso en esxs jóvenes que no son los responsables de la crisis,
son sus víctimas.
Por eso, porque creemos en ellxs y en su futuro, decidimos
estudiar un profesorado y educar. Nos formamos académicamente, tenemos un
título del Estado que lo acredita y nos formamos permanentemente para mejorar
nuestras clases. Si hubiésemos querido vestir de verde, agarrar las armas,
reprimir al pueblo y convivir con el narcotráfico, hubiésemos ido al colegio
militar.
Pero no, nos gusta educar, creemos en la educación pública
como una herramienta de transformación. La gendarmería es una fuerza armada
represiva. Fue creada para eso y eso es lo que hace. Lo demostró con Santiago
Maldonado y el pueblo mapuche. Lo demuestra en las calles, en las rutas y en
las plazas. Ellos reprimen al pueblo, no lo educan. Hay una diferencia
importante: la escuela fue creada para educar, las fuerzas armadas para reprimir.
Pero cuando vamos a las escuelas no tenemos gas, se caen
los techos y explotan las garrafas. No contamos con internet, no tenemos
pizarrones en condiciones y los bancos están destruidos de tan viejos que son.
Le proponemos al gobierno que deje de lado las ideas
decabelladas y aumente el presupuesto para la educación. Desde que asumieron en
2015 han disminuido el presupuesto en educación, ciencia y tecnología y este es
el resultado. La Democracia y la República se construyen con políticas públicas
serias y de largo plazo. No es un problema de valores. El problema es que este
gobierno no VALORA LA EDUCACIÓN.
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