El programa de gobierno de Cambiemos incluye una importante
suba de tarifas de los servicios públicos que el pueblo ha bautizado como Tarifazo.
Las subas van desde 400% hasta 1000% depende del consumidor. Es interesante ver
en los medios de comunicación el desfile de comerciantes que reciben boletas
con aumentos desorbitantes que les imposibilita seguir funcionando. A esto se
les suman los vecinos de todo el país, los centros culturales, las empresas
recuperadas y todo aquel que intente calentarse del frío invierno con estufa a
gas o, simplemente, hacerse un huevo frito con el aceite más caro del mundo.
Detrás de todo este escenario, hay que decirlo, aparece un
ministro del gobierno actual que representaría los intereses de los ciudadanos
y, al mismo tiempo, los intereses de una empresa de energía. Aranguren fue ceo
de la holandesa Shell hasta diciembre, momento en que asumió la cartera de
energía y, unos meses después, aplicó el aumento de hasta 1000% en los
servicios públicos. Además de la compra de energía más cara a Chile, dándole
beneficios a Shell y a él mismo que tiene varias acciones.
La reacción popular no se hizo esperar. A las presentaciones
judiciales de amparos contra la suba, se sumaron la organización de
multisectoriales en todo el país contra los tarifazos, que agrupan a vecinos,
comerciantes, PyMES, clubes de barrio, empresas recuperadas, organizaciones sociales, sindicales, culturales
y políticas. En algunos municipios, estos reclamos fueron acompañados por
intendentes, en otras localidades por concejales o legisladores; pero lo
interesante es la llamativa campaña en contra de los aumentos que dieron en
llamar “Ruidazos”. Esta expresión es el resultado de un debate que trataba de
sintetizar el viejo cacerolazo del 2001 –re-utilizado por las patronales del
campo en ocasión de la 125- y las asambleas barriales con sus iniciativas
semanales en los barrios. Algunos rechazan llamarlo cacerolazo, otros defienden
esa metodología rememorando el argentinazo de diciembre del 2001. Es un debate
abierto de táctica y estrategia que no deja de ser interesante y permite
conocerse a aquellos militantes de las asambleas barriales y las nuevas
generaciones.
Así las cosas, las multisectoriales, organizaciones
horizontales en formación, representan hoy el primer paso en la construcción de
la resistencia popular a las políticas neoliberales que viene implementando el
gobierno de Mauricio Macri y que ya es evidente, comienzan a dejar a miles de
personas afuera del sistema.
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