lunes, 4 de marzo de 2024

En Argentina, la vergüenza viaja en ómnibus

 

                                           Diputada Nacional Myriam Bregman


El 31 de enero de 2024 se debatió en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina el proyecto de ley denominado “Ómnibus”, “Hotel Savoy” o “Bases para la libertad”. Indistintamente de cómo se lo nombraba, siendo exactamente las 11:24, la diputada nacional de izquierda Myriam Bregman terminó su enérgico discurso contra la ley recibiendo algunos aplausos.

Sin embargo, la imagen televisiva no registraba un hecho desconcertante: desde uno de los balcones de la cámara, una persona empezó a insultar a Bregman.

Inmediatamente se frenó el debate.

Varixs legisladores se negaron a continuar en el uso de la palabra mientras siguiera ese personaje violento en el recinto.

El flamante e inexperto presidente de la cámara, Martín Menem, señalando que no lo había escuchado, se comprometió a que no iba a volver a suceder. Por el contrario, el resto de las bancadas se pusieron de acuerdo en que el sujeto en cuestión debía ser expulsado del edificio para seguir la sesión que prometía ser maratónica.

Finalmente, Menem dio la orden a la seguridad del Congreso quien “invitó” a retirarse a ese hombre que se presentó como “empresario y emprendedor” que fue a “bancar la ley”.

Entre quienes presenciaron su retirada estaba el fundador del grupo Revolución Federal, Leonardo Sosa, agrupación responsable del atentado contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con su pulserita roja que evidenciaba que “alguien de adentro” le dio para que tuviera acceso al recinto (él aseguraba que fue Lilia Lemoine).

 

***

 

Este hecho aislado me llevó a otro contexto que, si bien no es equivalente, espero que no se asemeje: el asedio permanente al Senador Lisandro de la Torre en 1935 y que terminó en la tragedia que todos conocemos: el asesinato del senador santafesino Enzo Bordabehere.

 

Aquel escenario

El 6 de septiembre de 1930 un grupo de cadetes del colegio militar, al mando del General Uriburu, marchó hacia la Casa Rosada, flanqueado por los aplausos de miles de civiles y consumando así el primer golpe de estado del siglo XX.

Así inició lo que los manuales de historia denominaron “La década infame” (1930-1943) por su bajo nivel democrático y el fraude electoral; los negocios contrarios a los intereses del país –en beneficio del imperialismo británico-; y su alto nivel represivo sobre la clase trabajadora.

En 1935, cuando el senador demócrata-progresista por la provincia de Santa Fe estaba exponiendo los detalles de la investigación sobre los negociados en la industria frigorífica entre el gobierno nacional y las empresas británicas, y que beneficiaba a estas últimas, un excomisario de la Provincia de Buenos Aires, Ramón Valdez Cora, caído en desgracia por su accionar violento, ilegal y corrupto, recibió la orden del Partido Conservador de presenciar las sesiones hasta que “se necesitara” sus servicios de matón.

En la sesión del 23 de julio de 1935, Lisandro de la Torre increpaba directamente a los ministros de Hacienda, Federico Pinedo, y al de Agricultura y Ganadería, Luis Duhau. Perdiendo la paciencia Pinedo insultó a De La Torre, éste se le acercó, Duhau se le interpuso, se armó revuelo en el recinto, varios se levantaron y se escucharon cuatro disparos.

El senador Enzo Bordabehere, electo por Santa Fe pero nunca asumido, se desplomó en su propia sangre.

El matón, invitado por el oficialismo al recinto, tenía un arma en su mano y fue detenido y condenado a veinte años de cárcel. Salió en 1953.

Bordabehere murió sin asumir y De La Torre, ofendido en su honor y deprimido en su tarea, se quitó la vida en 1939. Los negociados del gobierno con los capitales extranjeros continuaron mucho más allá.

 

Este escenario

El miércoles 31 de enero pasado sucedió un hecho lamentable donde el “empresario y emprendedor” defensor de La Libertad Avanza asedió e insultó a la diputada Bregman mientras el oficialista presidente de la cámara negaba lo sucedido con una asombrosa y peligrosa actitud de “yo no fui”. La presencia de este violento se complementó con la presencia del fundador del grupo que quiso matar a CFK y el enorme despliegue policial antiprotesta en la calle.

Estamos con un gobierno elitista, clasista y entreguista con rasgos fascistas, pero elegido por la mayoría; con una orientación con escasa constitucionalidad y de permanente pérdida de libertades democráticas.

Todo indica que se abre una etapa de mucha inestabilidad política y social que se suma a la enorme crisis económica que se agrava día a día.

Esperemos no estar presenciando el inicio de una nueva “Década infame”. Ojalá la población tome nota de estas incipientes coincidencias y se organice para frenarlas a tiempo.

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