miércoles, 2 de diciembre de 2015

Sobre héroes y remeras.

Llevar una remera de Los Redondos es una muestra de adhesión al grupo musical liderado por “el indio” Solari; llevar una camiseta del Barcelona es sinónimo de apreciar el fútbol, particularmente el español, y si dice Messi más representativo aún.
¿Pero llevar una remera con la imagen del Che Guevara qué significa?

Quiero plantear aquí una autocrítica. Mirando hacia atrás, me doy cuenta que hice un análisis muy simplista de algo que les paso a relatar.
Recuerdo que en la larga década neoliberal de los ´90, muchas personas llevaban la remera del Che. Existían varios modelos: rojas, con frases, con el habano, con el fondo de la bandera argentina etc. Pero la discusión era otra. ¿Realmente conocían las ideas del Che o simplemente era una moda sin sustento ideológico?
Muchos nos decían que las llevaban por sus ideas. Otros que era la impresión histórica de la rebeldía juvenil. Y la mayoría, creía que era moda.
La pregunta era si los jóvenes con remeras del Che, o banderas rojas del revolucionario en los recitales de rock, representaban una amenaza al capitalismo o si era simplemente una expresión simbólica.
Mi problema fue verlo en el corto plazo.
Yo creía que: “el uso de la remera no significaba más que una moda”. Obviamente, no es lo mismo llevar esa imagen que la de Guns ´n Roses o la de algún equipo de béisbol yanqui.
Sin embargo, yo era muy crítico de los que “solo” usaban la remera.
Aquí radica mi confusión. Además de remeras del Che, y esto no lo veía así en ese momento, también se veían imágenes de Los Redondos, la Bersuit, La Renga y algún otro grupo de rock “contestatario”. Mi postura era la de un adolescente que no entendía cómo esos pibes, inclusive muchos amigos míos, expresaban su rebeldía en los recitales y no militando en las villas o en los colegios, como hacía yo.
Sin embargo, llegó el 19 y 20 de diciembre de 2001. En la calle me encontré con muchos jóvenes de mi edad, con remeras del Che, de Los Redondos y de La Renga. Había mucha gente, nunca había visto tanta gente en la calle. De todos los barrios, de todos los sectores. Incluso de barrios que nunca me imaginé que confluiría.
Con el tiempo reflexioné mucho sobre esa situación. La gente que llevaba esas remeras no militaba en los barrios ni en secundarios. Pero estaban allí. En el mismo lugar que yo.
¿Militaban o no?
Entonces volví para atrás. Si ellos estaban ahí, era porque estuvieron “haciendo algo”. Mis pensamientos me llevaron a varias autocríticas. Las imágenes de las remeras de Los Redondos, con el agregado de la lucha contra el gatillo fácil a consecuencia del asesinato de Walter Bulacio en 1991; la Bersuit con su hit “Se viene el estallido”; o el cantito típico del recital de La Renga: “Una bandera que diga che Guevara (…) matar un rati, para vengar a Walter”, eso era una forma de militancia, una forma de resistencia. Eran las formas de resistencia al neoliberalismo, “lo que se podía hacer”, como sea, era la forma que “encontraron” los jóvenes.
Pasada la rebelión popular del 2001, llegó la restauración institucional. A través de un gobierno que implementó políticas “beneficiosas” tendientes a restaurar la dominación y la legitimidad de un sistema político en crisis. Algunas de esas políticas fueron, por un lado, la recuperación de la tasa de ganancia para los patrones, con subsidios millonarios incluidos y, por el otro, la recuperación del empleo y el consumo popular mediante políticas sociales para los pobres. Sin dudas, lo más acertado fue la política de los juicios de lesa humanidad, lo que significó una recuperación de la confianza en algunos políticos, en algunos jueces y en la práctica electoral; olvidando momentáneamente la consigna “que se vayan todos”.
Producto de estos aciertos gubernamentales muchos sectores progresistas se sumaron y claramente fueron desapareciendo las remeras del Che. Como si esa expresión de rebeldía frente al neoliberalismo se fuera canalizando, ahora, a través de la “nueva simbología”. Las remeras de los grupos de rock no desaparecieron, es más, se sumaron nuevas imágenes y nuevas bandas. (Ejemplo obligado es Callejeros, con su historia particular aparte).
En síntesis, quiero plantear que a medida que avanzaron ciertas políticas “progresistas” como los programas sociales, o los juicios a los genocidas, las remeras del Che se fueron reemplazando por otras. Es fácil ver a las nuevas generaciones de jóvenes con remeras de Néstor, de Cristina, de Chávez y Mariano Ferreyra.
No estoy diciendo que se bajaron las banderas, ni que Néstor Kirchner sea lo mismo que el Che Guevara, pero es notorio, forzando una síntesis, que las imágenes de los jóvenes “politizados” pasan por ahí.
Para cerrar, quiero agregar otra reflexión.
Otra cosa que observé es que a medida que se acercaban las elecciones presidenciales, donde los principales candidatos a presidente para reemplazar a Cristina eran claramente de derecha, vi aparecer nuevamente remeras con la imagen del Che. No sé si es una ilusión optimista, pero los invito a que presten atención.
No sé. Ahora con este nuevo presidente y el avance neoliberal, me parece que van a aparecer nuevamente las remeras de del Che Guevara.

¿Será que la “verdadera” oposición al avance de la derecha neoliberal, aquí y en el continente en general, sea la imagen del Che Guevara? ¿Será que el Che Guevara sigue expresando el ideal del hombre y la mujer nuevos?

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