Este es un espacio donde encontrarán algunos trabajos de investigación y opinión sobre la historia y la política.
domingo, 20 de octubre de 2024
miércoles, 29 de mayo de 2024
“El estado (anarco-capitalista) soy yo”
Me escribe un amigo español
asombradísimo para preguntarme si es cierto que los argentinos y las argentinas
hemos votado para presidente a un personaje tan peligroso como Javier Milei.
La reciente pelea del presidente argentino Javier Milei contra el
presidente español Pedro Sánchez es una muestra de la destrucción de la
política que pretenden los ultraderechistas como método de expresión y
organización de las sociedades.
Por el contrario, los libertarios procuran que todo sea regulado
por el “dios mercado”. Una ilusión que hasta los propios creadores del mercado
saben que es imposible.
lunes, 4 de marzo de 2024
En Argentina, la vergüenza viaja en ómnibus
Diputada Nacional Myriam Bregman
El 31 de enero de 2024 se debatió en la Cámara de
Diputados de la Nación Argentina el proyecto de ley denominado “Ómnibus”, “Hotel Savoy” o “Bases para
la libertad”. Indistintamente de cómo se lo nombraba, siendo exactamente las
11:24, la diputada nacional de izquierda Myriam Bregman terminó su enérgico
discurso contra la ley recibiendo algunos aplausos.
Sin embargo, la imagen televisiva no registraba un hecho
desconcertante: desde uno de los balcones de la cámara, una persona empezó a
insultar a Bregman.
Inmediatamente se frenó el debate.
Varixs legisladores se negaron a continuar en el uso de
la palabra mientras siguiera ese personaje violento en el recinto.
El flamante e inexperto presidente de la cámara, Martín
Menem, señalando que no lo había escuchado, se comprometió a que no iba a
volver a suceder. Por el contrario, el resto de las bancadas se pusieron de
acuerdo en que el sujeto en cuestión debía ser expulsado del edificio para
seguir la sesión que prometía ser maratónica.
Finalmente, Menem dio la orden a la seguridad del
Congreso quien “invitó” a retirarse a ese hombre que se presentó como
“empresario y emprendedor” que fue a “bancar la ley”.
Entre quienes presenciaron su retirada estaba el fundador
del grupo Revolución Federal, Leonardo Sosa, agrupación responsable del
atentado contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con su
pulserita roja que evidenciaba que “alguien de adentro” le dio para que tuviera
acceso al recinto (él aseguraba que fue Lilia Lemoine).
***
Este hecho aislado me llevó a otro contexto que, si bien
no es equivalente, espero que no se asemeje: el asedio permanente al Senador
Lisandro de la Torre en 1935 y que terminó en la tragedia que todos conocemos:
el asesinato del senador santafesino Enzo Bordabehere.
Aquel escenario
El 6 de septiembre de 1930 un grupo de cadetes del
colegio militar, al mando del General Uriburu, marchó hacia la Casa Rosada,
flanqueado por los aplausos de miles de civiles y consumando así el primer
golpe de estado del siglo XX.
Así inició lo que los manuales de historia denominaron
“La década infame” (1930-1943) por su bajo nivel democrático y el fraude
electoral; los negocios contrarios a los intereses del país –en beneficio del
imperialismo británico-; y su alto nivel represivo sobre la clase trabajadora.
En 1935, cuando el senador demócrata-progresista por la
provincia de Santa Fe estaba exponiendo los detalles de la investigación sobre
los negociados en la industria frigorífica entre el gobierno nacional y las
empresas británicas, y que beneficiaba a estas últimas, un excomisario de la
Provincia de Buenos Aires, Ramón Valdez Cora, caído en desgracia por su
accionar violento, ilegal y corrupto, recibió la orden del Partido Conservador
de presenciar las sesiones hasta que “se necesitara” sus servicios de matón.
En la sesión del 23 de julio de 1935, Lisandro de la
Torre increpaba directamente a los ministros de Hacienda, Federico Pinedo, y al
de Agricultura y Ganadería, Luis Duhau. Perdiendo la paciencia Pinedo insultó a
De La Torre, éste se le acercó, Duhau se le interpuso, se armó revuelo en el
recinto, varios se levantaron y se escucharon cuatro disparos.
El senador Enzo Bordabehere, electo por Santa Fe pero
nunca asumido, se desplomó en su propia sangre.
El matón, invitado por el oficialismo al recinto, tenía
un arma en su mano y fue detenido y condenado a veinte años de cárcel. Salió en
1953.
Bordabehere murió sin asumir y De La Torre, ofendido en
su honor y deprimido en su tarea, se quitó la vida en 1939. Los negociados del
gobierno con los capitales extranjeros continuaron mucho más allá.
Este escenario
El miércoles 31 de enero pasado sucedió un hecho
lamentable donde el “empresario y emprendedor” defensor de La Libertad Avanza
asedió e insultó a la diputada Bregman mientras el oficialista presidente de la
cámara negaba lo sucedido con una asombrosa y peligrosa actitud de “yo no fui”.
La presencia de este violento se complementó con la presencia del fundador del
grupo que quiso matar a CFK y el enorme despliegue policial antiprotesta en la
calle.
Estamos con un gobierno elitista, clasista y entreguista
con rasgos fascistas, pero elegido por la mayoría; con una orientación con
escasa constitucionalidad y de permanente pérdida de libertades democráticas.
Todo indica que se abre una etapa de mucha inestabilidad
política y social que se suma a la enorme crisis económica que se agrava día a
día.
Esperemos no estar presenciando el inicio de una nueva
“Década infame”. Ojalá la población tome nota de estas incipientes
coincidencias y se organice para frenarlas a tiempo.
Reseña del libro "Ernesto Guevara, El pragmatismo de lo imposible" de Germán Pinazo
“El socialismo sin la moral comunista no me interesa”.
Esta es una de las frases del Che que destaca el politólogo Germán Pinazo en su
libro “Ernesto Guevara, El pragmatismo de lo imposible” que editó recientemente
la Universidad Nacional de General Sarmiento. Ese fue uno de los conceptos centrales
que el comandante Ernesto Che Guevara sostuvo durante su estadía en la Cuba
revolucionaria y que Pinazo repasa en este libro centrado en sus ideas
económicas que formaron parte del Gran Debate Económico entre los años 1963 y
1964.
En el primer capítulo, Pinazo nos propone releer al Che como
quien quiso transformar el capitalismo construyendo una alternativa que tomara
en cuenta la economía, pero también la ideología y la moral revolucionarias.
En los primeros meses de la revolución, el Che cumplirá cargos
de gestión económica que le dará cierta experiencia y le servirá para delinear
una de las principales ideas que formaron parte del Gran Debate Económico de
1963/64: el Sistema Presupuestario de Financiamiento.
En el segundo capítulo, el autor ya nos introduce en el
Gran Debate. Allí, Guevara pondrá en acto sus habilidades de lector y escritor que
ganó siendo pequeño cuando debía quedarse en reposo debido al asma y que
continuó toda su vida cuando dejaba registro de sus viajes, sus aventuras y sus
luchas cuando redactaba sus experiencias guerrilleras en la Sierra Maestra, en
el Congo y en Bolivia a través de sus conocidos diarios.
Así, el politólogo de la UNGS, va reconstruyendo, de
forma sintética y accesible, el intercambio de ideas económicas en torno de
tres ejes fundamentales: el primero, alrededor de la ley del valor en el período
de transición al socialismo; el segundo es el denominado Sistema Presupuestario
de Financiamiento y el tercero en torno al rol de los estímulos morales en la
construcción del socialismo.
El debate comienza cuando en junio de 1963, el Che se
topa con un texto del comandante revolucionario Alberto Mora publicado en la
revista Comercio Exterior y que expresaba
tres críticas al pensamiento económico del Che: a) la ley del valor existe
siempre cuando hay recursos limitados y necesidades crecientes; b) no hay contradicción
entre ley del valor y planificación, sino todo lo contrario: el valor debe
aparecer plenamente en la planificación como criterio para regular necesidades
y recursos y c) la ley del valor opera, incluso, en el conjunto de empresas que
pasan a ser de sociedad estatal, que no deben ser consideradas, como piensan
“algunos compañeros”, como una sola empresa.
Por su parte, Guevara responde a través de una publicación
en la revista Nuestra Industria. Revista
Económica en octubre de 1963. Allí plantea que A) el valor no es una
relación entre necesidades y recursos, sino un quantum de trabajo abstracto y B) si bien en Cuba las empresas
estatales no constituyen todavía una sola gran empresa, esto no quiere decir
que los intercambios entre las mismas sean necesariamente mercantiles. Allí
lanza otra de las ideas centrales: las desmercantilización de las relaciones de
producción y de las relaciones sociales.
En este sentido, Germán Pinazo afirma que los debates que
daba Ernesto Guevara no eran solo económicos sino de sustancia ético-política
con la que busca construir una nueva hegemonía basada en una reforma
intelectual y moral. Con ese fin, el Che introduce en el debate económico
cuestiones que van más allá de la economía y se mete con la conciencia agregando, de esta manera, cuestiones
de índole ideológica porque sin la conciencia,
dice, no puede haber comunismo. Así, Guevara no solo critica la ley del valor
utilizada en el Sistema de Cálculo Económico sino también la falta de
construcción de una conciencia
distinta de la sociedad. No se puede pensar una sociedad distinta sobre la base
del individualismo. En este marco, introduce sus conceptos sobre los incentivos
morales contra los estímulos materiales porque “no solo luchamos contra la pobreza, también luchamos contra la
alienación”.
Para Pinazo, aquí radica el nudo de la estructura del
pensamiento de Ernesto Guevara y que le da título al libro: “lejos de ser
utópico, su pensamiento es profundamente pragmático, en el sentido de que no se
puede construir una nueva sociedad si no se revolucionan las motivaciones que
tienen los miembros para trabajar y relacionarse”.
Finalmente, en el último capítulo del libro, Germán
Pinazo hace un “salto temporal” para analizar el pensamiento de Guevara en el
marco de la desaparición de la Unión Soviética y demostrando que el Gran Debate
no es solo un tema histórico remoto.
En primer lugar, niega que la desaparición de la URSS estuvo
exclusivamente ligada a una crisis económica terminal y, por ende, descarta la
idea difundida de que la planificación económica es inaplicable y se la
adjudica a un sentido común que difunde esa idea de que el capitalismo es el
único proyecto civilizatorio posible. En segundo lugar, propone que la URSS no
colapsó por una incapacidad económica y, mediante una serie de datos, demuestra
que, salvo en el periodo Brezhneviano, no hubo años de contracción o recesión económica.
A lo sumo de estancamiento.
También propone agrupar los problemas de la URSS en dos
tipos relacionados: A) los problemas coyunturales derivados del reordenamiento
comercial de las décadas del setenta y del ochenta y B) los problemas
estructurales asociados a los problemas que hoy llamaríamos de “incentivos”.
En ese contexto, a mediados de la década de 1980, es
cuando asume Mijaíl Gorbachov la secretaría general del Partido Comunista de la
Unión Soviética trayendo consigo las reformas económicas de mercado conocidas
como Perestroika. Estas reformas permitieron la aparición de emprendimientos
privados y les dieron mayor autonomía a los directivos de las empresas públicas
y a las comunidades locales para la toma de decisiones. Esto permitió que la nomenklatura se proyectara primero como
gerentes de las empresas y luego como propietarios de las empresas en tiempos
de la privatización. Sobre este orden de cosas, Pinazo nos propone pensar las
consecuencias en clave del pensamiento del Che tomando el problema ideológico
en las discusiones económicas y de planificación porque “no puede haber
proyecto económico-civilizatorio alternativo al capitalismo sin una discusión
(una disputa) ideológica que ponga en el centro el problema de los incentivos
individuales”.
En conclusión, Germán Pinazo nos propone en este libro recorrer
la breve pero intensa trayectoria de gestión económica del Che en Cuba; sumado
a sus planteos sobre la lucha ideológica en la construcción de un proyecto
alternativo al capitalismo, sus propuestas de incentivos morales y de educación
de las masas mediante el ejemplo, y nos advierte sobre la vigencia del
pensamiento de Ernesto Guevara, no como un utópico, sino más bien, como un
pragmático de lo imposible.
¿Qué te pasa Clarita?
A
Clarita le quedó historia para rendir ahora, en febrero. Estamos en período de
recuperación. Solo le queda esa materia y pasa a tercer año. Clarita quiere
pasar sin ninguna previa.
Clarita
es mi alumna desde la mitad del año pasado, cuando se vino de una provincia norteña
a la Capital Federal. Se vino con la madre y allá quedó el papá. Aunque tiene
una personalidad muy sociable, no fue fácil para ella.
El período
de recuperación de febrero dura dos semanas y tiene una cláusula que obliga a
los alumnxs a asistir, por lo menos, al 80% de las clases. Esto significa, para
mi materia, 6 días en dos semanas.
Clarita
vino a rendir historia el martes, en su horario habitual, cuando me disponía a
darle las indicaciones para aprobar la materia me preguntó si podía rendir todo
el mismo día. Por supuesto, estando tan perseguido y vigilado por las
autoridades y los reglamentos y con pocas ganas de sumarios o llamados de
atención de supervisores que pasean por los pasillos sin control de nada ni
nadie, le dije que igual tenía que venir al 80% de las clases.
Dicho y
hecho, le di las indicaciones, que la carpeta completa, que la revolución
industrial, que la revolución francesa, y así un listado de temas del programa
y que la veía el jueves.
***
A la
clase siguiente vino Clarita con la mamá a pedirme si le podíamos tomar todo el
mismo día porque no le alcanza el dinero para el viaje.
Resulta
que Clarita y la mamá se tuvieron que ir de donde vivían en capital en enero y se
mudaron a Avellaneda y “realmente profesor, no tenemos para el pasaje”.
Clarita
de 15 años vive ahora con la mamá en un garaje (ella le dijo “un monoambiente”)
con una “ventanita así” (y separó las manos unos 20cm) en Avellaneda a un tren
y un colectivo de distancia de “la escuela donde están sus amigas”.
***
Ir a
trabajar a la escuela se puso realmente difícil. Verla a Clarita con su mamá
fue un mazazo en nuestra conciencia. Porque pobre del que ha olvidado que hay
millones de Claritas, recién nacidas, golpeándonos el pecho con el ala cansada.
Por ella, por su mamá y por nosotrxs tenemos que frenar esta catástrofe.