lunes, 4 de marzo de 2024

En Argentina, la vergüenza viaja en ómnibus

 

                                           Diputada Nacional Myriam Bregman


El 31 de enero de 2024 se debatió en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina el proyecto de ley denominado “Ómnibus”, “Hotel Savoy” o “Bases para la libertad”. Indistintamente de cómo se lo nombraba, siendo exactamente las 11:24, la diputada nacional de izquierda Myriam Bregman terminó su enérgico discurso contra la ley recibiendo algunos aplausos.

Sin embargo, la imagen televisiva no registraba un hecho desconcertante: desde uno de los balcones de la cámara, una persona empezó a insultar a Bregman.

Inmediatamente se frenó el debate.

Varixs legisladores se negaron a continuar en el uso de la palabra mientras siguiera ese personaje violento en el recinto.

El flamante e inexperto presidente de la cámara, Martín Menem, señalando que no lo había escuchado, se comprometió a que no iba a volver a suceder. Por el contrario, el resto de las bancadas se pusieron de acuerdo en que el sujeto en cuestión debía ser expulsado del edificio para seguir la sesión que prometía ser maratónica.

Finalmente, Menem dio la orden a la seguridad del Congreso quien “invitó” a retirarse a ese hombre que se presentó como “empresario y emprendedor” que fue a “bancar la ley”.

Entre quienes presenciaron su retirada estaba el fundador del grupo Revolución Federal, Leonardo Sosa, agrupación responsable del atentado contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con su pulserita roja que evidenciaba que “alguien de adentro” le dio para que tuviera acceso al recinto (él aseguraba que fue Lilia Lemoine).

 

***

 

Este hecho aislado me llevó a otro contexto que, si bien no es equivalente, espero que no se asemeje: el asedio permanente al Senador Lisandro de la Torre en 1935 y que terminó en la tragedia que todos conocemos: el asesinato del senador santafesino Enzo Bordabehere.

 

Aquel escenario

El 6 de septiembre de 1930 un grupo de cadetes del colegio militar, al mando del General Uriburu, marchó hacia la Casa Rosada, flanqueado por los aplausos de miles de civiles y consumando así el primer golpe de estado del siglo XX.

Así inició lo que los manuales de historia denominaron “La década infame” (1930-1943) por su bajo nivel democrático y el fraude electoral; los negocios contrarios a los intereses del país –en beneficio del imperialismo británico-; y su alto nivel represivo sobre la clase trabajadora.

En 1935, cuando el senador demócrata-progresista por la provincia de Santa Fe estaba exponiendo los detalles de la investigación sobre los negociados en la industria frigorífica entre el gobierno nacional y las empresas británicas, y que beneficiaba a estas últimas, un excomisario de la Provincia de Buenos Aires, Ramón Valdez Cora, caído en desgracia por su accionar violento, ilegal y corrupto, recibió la orden del Partido Conservador de presenciar las sesiones hasta que “se necesitara” sus servicios de matón.

En la sesión del 23 de julio de 1935, Lisandro de la Torre increpaba directamente a los ministros de Hacienda, Federico Pinedo, y al de Agricultura y Ganadería, Luis Duhau. Perdiendo la paciencia Pinedo insultó a De La Torre, éste se le acercó, Duhau se le interpuso, se armó revuelo en el recinto, varios se levantaron y se escucharon cuatro disparos.

El senador Enzo Bordabehere, electo por Santa Fe pero nunca asumido, se desplomó en su propia sangre.

El matón, invitado por el oficialismo al recinto, tenía un arma en su mano y fue detenido y condenado a veinte años de cárcel. Salió en 1953.

Bordabehere murió sin asumir y De La Torre, ofendido en su honor y deprimido en su tarea, se quitó la vida en 1939. Los negociados del gobierno con los capitales extranjeros continuaron mucho más allá.

 

Este escenario

El miércoles 31 de enero pasado sucedió un hecho lamentable donde el “empresario y emprendedor” defensor de La Libertad Avanza asedió e insultó a la diputada Bregman mientras el oficialista presidente de la cámara negaba lo sucedido con una asombrosa y peligrosa actitud de “yo no fui”. La presencia de este violento se complementó con la presencia del fundador del grupo que quiso matar a CFK y el enorme despliegue policial antiprotesta en la calle.

Estamos con un gobierno elitista, clasista y entreguista con rasgos fascistas, pero elegido por la mayoría; con una orientación con escasa constitucionalidad y de permanente pérdida de libertades democráticas.

Todo indica que se abre una etapa de mucha inestabilidad política y social que se suma a la enorme crisis económica que se agrava día a día.

Esperemos no estar presenciando el inicio de una nueva “Década infame”. Ojalá la población tome nota de estas incipientes coincidencias y se organice para frenarlas a tiempo.

Reseña del libro "Ernesto Guevara, El pragmatismo de lo imposible" de Germán Pinazo

 


“El socialismo sin la moral comunista no me interesa”. Esta es una de las frases del Che que destaca el politólogo Germán Pinazo en su libro “Ernesto Guevara, El pragmatismo de lo imposible” que editó recientemente la Universidad Nacional de General Sarmiento. Ese fue uno de los conceptos centrales que el comandante Ernesto Che Guevara sostuvo durante su estadía en la Cuba revolucionaria y que Pinazo repasa en este libro centrado en sus ideas económicas que formaron parte del Gran Debate Económico entre los años 1963 y 1964.

En el primer capítulo, Pinazo nos propone releer al Che como quien quiso transformar el capitalismo construyendo una alternativa que tomara en cuenta la economía, pero también la ideología y la moral revolucionarias.

En los primeros meses de la revolución, el Che cumplirá cargos de gestión económica que le dará cierta experiencia y le servirá para delinear una de las principales ideas que formaron parte del Gran Debate Económico de 1963/64: el Sistema Presupuestario de Financiamiento.

En el segundo capítulo, el autor ya nos introduce en el Gran Debate. Allí, Guevara pondrá en acto sus habilidades de lector y escritor que ganó siendo pequeño cuando debía quedarse en reposo debido al asma y que continuó toda su vida cuando dejaba registro de sus viajes, sus aventuras y sus luchas cuando redactaba sus experiencias guerrilleras en la Sierra Maestra, en el Congo y en Bolivia a través de sus conocidos diarios.

Así, el politólogo de la UNGS, va reconstruyendo, de forma sintética y accesible, el intercambio de ideas económicas en torno de tres ejes fundamentales: el primero, alrededor de la ley del valor en el período de transición al socialismo; el segundo es el denominado Sistema Presupuestario de Financiamiento y el tercero en torno al rol de los estímulos morales en la construcción del socialismo.

El debate comienza cuando en junio de 1963, el Che se topa con un texto del comandante revolucionario Alberto Mora publicado en la revista Comercio Exterior y que expresaba tres críticas al pensamiento económico del Che: a) la ley del valor existe siempre cuando hay recursos limitados y necesidades crecientes; b) no hay contradicción entre ley del valor y planificación, sino todo lo contrario: el valor debe aparecer plenamente en la planificación como criterio para regular necesidades y recursos y c) la ley del valor opera, incluso, en el conjunto de empresas que pasan a ser de sociedad estatal, que no deben ser consideradas, como piensan “algunos compañeros”, como una sola empresa.

Por su parte, Guevara responde a través de una publicación en la revista Nuestra Industria. Revista Económica en octubre de 1963. Allí plantea que A) el valor no es una relación entre necesidades y recursos, sino un quantum de trabajo abstracto y B) si bien en Cuba las empresas estatales no constituyen todavía una sola gran empresa, esto no quiere decir que los intercambios entre las mismas sean necesariamente mercantiles. Allí lanza otra de las ideas centrales: las desmercantilización de las relaciones de producción y de las relaciones sociales.

En este sentido, Germán Pinazo afirma que los debates que daba Ernesto Guevara no eran solo económicos sino de sustancia ético-política con la que busca construir una nueva hegemonía basada en una reforma intelectual y moral. Con ese fin, el Che introduce en el debate económico cuestiones que van más allá de la economía y se mete con la conciencia agregando, de esta manera, cuestiones de índole ideológica porque sin la conciencia, dice, no puede haber comunismo. Así, Guevara no solo critica la ley del valor utilizada en el Sistema de Cálculo Económico sino también la falta de construcción de una conciencia distinta de la sociedad. No se puede pensar una sociedad distinta sobre la base del individualismo. En este marco, introduce sus conceptos sobre los incentivos morales contra los estímulos materiales porque “no solo luchamos contra la pobreza, también luchamos contra la alienación”.

Para Pinazo, aquí radica el nudo de la estructura del pensamiento de Ernesto Guevara y que le da título al libro: “lejos de ser utópico, su pensamiento es profundamente pragmático, en el sentido de que no se puede construir una nueva sociedad si no se revolucionan las motivaciones que tienen los miembros para trabajar y relacionarse”.

 

Finalmente, en el último capítulo del libro, Germán Pinazo hace un “salto temporal” para analizar el pensamiento de Guevara en el marco de la desaparición de la Unión Soviética y demostrando que el Gran Debate no es solo un tema histórico remoto.

En primer lugar, niega que la desaparición de la URSS estuvo exclusivamente ligada a una crisis económica terminal y, por ende, descarta la idea difundida de que la planificación económica es inaplicable y se la adjudica a un sentido común que difunde esa idea de que el capitalismo es el único proyecto civilizatorio posible. En segundo lugar, propone que la URSS no colapsó por una incapacidad económica y, mediante una serie de datos, demuestra que, salvo en el periodo Brezhneviano, no hubo años de contracción o recesión económica. A lo sumo de estancamiento.

También propone agrupar los problemas de la URSS en dos tipos relacionados: A) los problemas coyunturales derivados del reordenamiento comercial de las décadas del setenta y del ochenta y B) los problemas estructurales asociados a los problemas que hoy llamaríamos de “incentivos”.

En ese contexto, a mediados de la década de 1980, es cuando asume Mijaíl Gorbachov la secretaría general del Partido Comunista de la Unión Soviética trayendo consigo las reformas económicas de mercado conocidas como Perestroika. Estas reformas permitieron la aparición de emprendimientos privados y les dieron mayor autonomía a los directivos de las empresas públicas y a las comunidades locales para la toma de decisiones. Esto permitió que la nomenklatura se proyectara primero como gerentes de las empresas y luego como propietarios de las empresas en tiempos de la privatización. Sobre este orden de cosas, Pinazo nos propone pensar las consecuencias en clave del pensamiento del Che tomando el problema ideológico en las discusiones económicas y de planificación porque “no puede haber proyecto económico-civilizatorio alternativo al capitalismo sin una discusión (una disputa) ideológica que ponga en el centro el problema de los incentivos individuales”.

En conclusión, Germán Pinazo nos propone en este libro recorrer la breve pero intensa trayectoria de gestión económica del Che en Cuba; sumado a sus planteos sobre la lucha ideológica en la construcción de un proyecto alternativo al capitalismo, sus propuestas de incentivos morales y de educación de las masas mediante el ejemplo, y nos advierte sobre la vigencia del pensamiento de Ernesto Guevara, no como un utópico, sino más bien, como un pragmático de lo imposible. 

¿Qué te pasa Clarita?


 

A Clarita le quedó historia para rendir ahora, en febrero. Estamos en período de recuperación. Solo le queda esa materia y pasa a tercer año. Clarita quiere pasar sin ninguna previa.

Clarita es mi alumna desde la mitad del año pasado, cuando se vino de una provincia norteña a la Capital Federal. Se vino con la madre y allá quedó el papá. Aunque tiene una personalidad muy sociable, no fue fácil para ella.

El período de recuperación de febrero dura dos semanas y tiene una cláusula que obliga a los alumnxs a asistir, por lo menos, al 80% de las clases. Esto significa, para mi materia, 6 días en dos semanas.

Clarita vino a rendir historia el martes, en su horario habitual, cuando me disponía a darle las indicaciones para aprobar la materia me preguntó si podía rendir todo el mismo día. Por supuesto, estando tan perseguido y vigilado por las autoridades y los reglamentos y con pocas ganas de sumarios o llamados de atención de supervisores que pasean por los pasillos sin control de nada ni nadie, le dije que igual tenía que venir al 80% de las clases.

Dicho y hecho, le di las indicaciones, que la carpeta completa, que la revolución industrial, que la revolución francesa, y así un listado de temas del programa y que la veía el jueves.

***

A la clase siguiente vino Clarita con la mamá a pedirme si le podíamos tomar todo el mismo día porque no le alcanza el dinero para el viaje.

Resulta que Clarita y la mamá se tuvieron que ir de donde vivían en capital en enero y se mudaron a Avellaneda y “realmente profesor, no tenemos para el pasaje”.

Clarita de 15 años vive ahora con la mamá en un garaje (ella le dijo “un monoambiente”) con una “ventanita así” (y separó las manos unos 20cm) en Avellaneda a un tren y un colectivo de distancia de “la escuela donde están sus amigas”.

***

Ir a trabajar a la escuela se puso realmente difícil. Verla a Clarita con su mamá fue un mazazo en nuestra conciencia. Porque pobre del que ha olvidado que hay millones de Claritas, recién nacidas, golpeándonos el pecho con el ala cansada. Por ella, por su mamá y por nosotrxs tenemos que frenar esta catástrofe.

jueves, 24 de febrero de 2022

De Pinky y Cacho Fontana a Santiago Maratea. Un cambio necesario en la representación de la solidaridad.

Hace exactamente 40 años, Doña Norma le pide a su nieto Nicolás que se levante, gire la perilla del televisor blanco y negro y ponga ATC. Es el 8 de mayo de 1982 a las 20:30. En la pantalla del living, donde se reúne la familia a mirar el único televisor de la casa, Pinky y “Cacho” Fontana les dan la bienvenida a las 24 horas de las Malvinas Argentinas. Terminan de decirlo y entran al canal mientras se oye una musiquita pegadiza, entre jingle y militar, que dice “vamos argentinos, vamos a vencer…”. Había empezado la colecta para los “muchachos de armas” que estaban dando batalla en las Islas.

Un rato más tarde, Pinky le pide a Doña Norma, su nieto y a “todos los argentinos” que se pongan de pie para cantar el himno nacional. Doña Norma se pone de pie y le pide a su nieto Nicolás que también lo haga. Susana Rinaldi comienza a recitar un fragmento del himno e inmediatamente comienza todo el estudio 2 de ATC a cantar junto a ella. La “nueva” televisión a color permite ver la bandera argentina con su celeste y blanco mientras realiza un paneo del público cantando. Al final todos aplauden, se emocionan y se sientan.

Unas horas después, frente a Doña Norma y su nieto, irrumpe la imagen rubia de una jóven Susana Giménez. Con lágrimas en los ojos le dice a Pinky y a Cacho que les dona “para la balanza” un reloj de oro. Pinky se entusiasma mientras el novio de la futura diva, un joven Ricardo Darín, escucha atentamente que Pinky y Cacho mandan al móvil que se encuentra en Corrientes y Florida. Allí hay una de las tantas urnas que distribuyeron en la ciudad.

Al ratito nomás, Cacho informa que el programa alcanza niveles record de audiencia (las mediciones de la época informan 52.2), mientras Pinky anuncia frente a cámara, y con un cartel de pie pintado con dudoso Letraset, la cifra de pesos (nuevos y viejos) que llevan recaudados. Durante todo el día las personas donan plata, joyas, tapados de piel y diversas pequeñeces invaluables.

 

Las Islas Malvinas y la historia reciente

Las Islas Malvinas están en manos de los ingleses desde 1833 cuando fueron ocupadas por el otrora gran imperio británico. Desde ese tiempo, la Argentina estuvo reclamando, diplomáticamente, el reconocimiento de la soberanía, la devolución de las dos islas y los permisos de explotación de sus aguas.

En marzo de 1976, una junta militar integrada por las tres armas, toma el poder por la fuerza e instala un modelo económico neoliberal que destruye el aparato productivo nacional. Al mismo tiempo, pone en marcha una política de violación sistemática de los derechos humanos a través de la tortura, la desaparición y la muerte de miles de personas.

Ya en su ocaso, la dictadura sueña con relegitimarse y el 2 de abril de 1982, el militar en ejercicio de la presidencia, Leopoldo Galtieri, inicia la ocupación militar de las islas, creyendo (solo él) que los EEUU apoyarían su jugada. La guerra de Malvinas duró 74 días y casi mil muertos. Como consecuencia de esa derrota, la dictadura militar se vio más debilitada y comenzó una transición a la democracia. En 1983 con el gobierno del radical Raúl Alfonsín, se inició una nueva etapa democrática y otro período de reclamos diplomáticos.

El gobierno de Rául Alfonsín heredó una situación socioeconómica desastrosa y sumado a las presiones militares y la deuda externa, tuvo que adelantar el traspaso del mando. En 1989 Carlos Menem impulsó una serie de reformas económicas y políticas que, en resumidas cuentas, enterraron aún más al país a través de las privatizaciones, la desocupación y el hambre de millones de argentinos. Finalmente, en diciembre del 2001 el presidente radical Fernando de la Rúa, continuando con el desastre de su antecesor, hundió al país en la pobreza, la desesperación y la muerte.

Como resultado de las políticas económicas y políticas fracasadas, la sociedad sufrió una crisis de representación y, al grito de “Que se vayan todos”, inició un proceso de reflexión política y cultural que dio por finalizada una etapa que evidenciaba que la democracia formal no pudo resolver los problemas que había dejado la dictadura.

La política pasó a ser una cosa sucia, corrupta, donde los más jóvenes –y no tanto- dejaron de confiar.

 

Rebelión y después

La primera década del siglo XXI fue de crecimiento económico. Los valores de los productos exportables del campo beneficiaron al país y el gobierno kirchnerista aprovechó para distribuir mejor y saldar la deuda con FMI. Al mismo tiempo se retoma la agenda de los DDHH y miles de jóvenes, que le escapaban a la política, se sumaron a militar. Con el correr de los años, los números de la economía empezaron a flaquear, los políticos se agrietaron, lxs jóvenes crecieron y la pobreza también. La crisis económica trajo un gobierno pro empresarios que terminó de arruinar la economía y las esperanzas de una generación que creía que se pudiera cambiar las cosas “desde adentro”.

 

Solidaridad 2.0

Es sábado a la noche y @Nati2002 de 19 años está en un boliche con sus amigues. La música suena fuerte, pero ella no baila. Está tomando un trago en la barra con @Mechi2003 de 18, que está con el celular en la mano. Scrolea a full mirando las historias y los reels. De repente se queda escuchando a un pibe de gorrita y pelo rubio. El ruido no la deja escuchar muy bien, pero ella está acostumbrada y saca un par de datos. Inmediatamente le dice a @Nati2002 que abra Instagram y que vea la historia de Santi Maratea de apenas 29 años. El flaco está diciendo que “en lugar de salir a ponerse en pedo, prefería quedarse en la casa a fumarse un porro y juntar guita para los incendios de la provincia de Corrientes”.

Desde la pantalla de su iPhone, @Mechi2003 y @Nati2002 escuchan a Santi Maratea decir “Eh guacho, ponete las pilas. Ayudame a juntar guita para los pobres correntinos que la están pasando mal.” El relato se entrecorta cada 45 segundos, pero es claro: hay que juntar plata para comprar camionetas, autobombas, guantes y botas para los bomberos voluntarios de la provincia que están combatiendo el fuego. @Mechi2003 inmediatamente hace click en el link que Santi comparte en pantalla y dona 1200 pesos para la causa. @Nati2002 hace lo propio desde su celu y dona 600, pero le comenta que le va a reenviar el mensaje a unes amigues que conoce que sabe que pueden también ayudar.

Unas horas después, @Mechi2003 abre nuevamente la aplicación y se fija las nuevas historias, de 45 segundos, que sube el “influencer”. Santi muestra una pantalla de computadora donde se deja ver el millón de pesos recaudado. Santi se entusiasma y @Mechi2003 empieza a compartir las screenshots con sus amigues. “Miren lo que está haciendo este flaco. Está re piola”.

Santi ya empieza a darse cuenta que la movida está funcionando.

El acontecimiento comienza a trascender las redes sociales y se instala en la tv abierta. Algunos periodistas empiezan a criticarlo. Los políticos empiezan a caranchear. Santi les contesta que no tiene tiempo para atenderlos y sigue sacando presupuestos de autobombas para los bomberos de San Miguel que le mandan un mensaje grabado y él lo postea. Van 12 horas y Santi recauda millones de pesos.

Doña Norma ya no está. Su nieto Nicolás participó de la rebelión del 2001 y ahora es docente de escuela media de la capital. Su salario no es muy alto y las condiciones de trabajo son pésimas. El estado edilicio de la escuela donde trabaja es lamentable y el gobierno no pone un mango. @Mechi2003, su hija, que estudia en la facultad, descree de los políticos: “son todos iguales, no me representa ninguno”. Por eso prefiere aportar a un “pibe como ella” que sabe que junta plata, pero no se la va a afanar. No descree de la política como herramienta de cambio, solo que piensa que la política debe darse de otra manera.

No ve la televisión, no escucha los alaridos de los periodistas de la tarde. Para ella lo más importante es el cambio climático y las cuestiones de género. Con su amiga @Nati2002 se pintaron la cara de brillitos y participaron de las marchas por la legalización del aborto, las del “Ni una menos” y contra el cambio climático.

Conclusiones

Todas las investigaciones indican que “las 24 horas de las Malvinas Argentinas” fueron una estafa. Esta y todas las colectas realizadas en nombre de los “soldados” fueron a parar a cualquier lado menos a las manos de los colimbas que combatieron contra una de las potencias militares del mundo, apoyados por sus socios de la OTAN, sin ropa, sin armas y dirigidos por una manga de asesinos que no sirvieron nunca para nada. Eso nos dejó una huella imborrable en la memoria colectiva. La corrupción de los de arriba quedó marcada a fuego en la sociedad. 

Después de 40 años de democracia, y una rebelión popular en el medio, existe una nueva generación de jóvenes que no quieren ser estafados. No creen en grandes salvadores. Tienen otras prácticas sociales, políticas y humanas. Los adultos no las comprendemos y tratamos de encasillarlas, pero no podemos.

Santiago Maratea es hijo de una época de cambios profundos surgidos del desarrollo de las tecnologías, pero también del fracaso de la política tradicional y la desconfianza. ¿Está haciendo la revolución? No en nuestros términos. ¿Lxs que aportan están cambiando la sociedad? No de la manera que nosotrxs pensamos. ¿Sirven las acciones colectivas organizadas por individuos desde las redes? No lo sabemos, está en proceso. En todo caso es una de las tantas acciones que realiza nuestro pueblo sin la intervención del Estado. ¿Es positivo sacarle responsabilidades al Estado? No sabemos. Lo que sabemos es que este Estado, cooptado por los empresarios desde hace décadas, no da respuesta a las demandas sociales.

Sería bueno que aprendamos de la historia y dejemos que lxs pibxs hagan el cambio social como ellxs quieren y sienten. Nosotrxs acompañemos, tal vez ellxs, con su lenguaje inclusivo, sus tatuajes y sus piercings logren mejorar nuestra sociedad antes que el capitalismo la transforme, definitivamente, en barbarie.

martes, 21 de diciembre de 2021

Mis alumnxs nacieron después del 2001



Por Luis Klejzer

Para nadie es novedad que una de las variables más importantes para un profesor de historia es el tiempo. Existen tres categorías temporales en nuestra disciplina: el tiempo corto, el tiempo medio y el tiempo largo. El primero es el que habla del tiempo inmediato, el del acontecimiento, lo que sucedió en un momento determinado de la historia. El segundo es el que podríamos definir como el tiempo de un proceso concreto que dura algunos años. El tiempo que dura una coyuntura. Finalmente, el tiempo largo es el que dura mucho. Se le dice también el de las estructuras. En ese tiempo, decimos, las cosas no suelen cambiar o cambian muy poco.

Quiero proponer acá una reflexión que surge de mis clases de historia en la escuela media. Y lo quiero hacer desde los tres tiempos históricos nombrados.

 

El tiempo corto. El acontecimiento. El 19 y 20 de diciembre.

Mis alumnxs tienen todxs menos de 20 años. Por lo tanto, es imposible que hayan vivido las jornadas del 19 y 20 de diciembre del 2001. Sin embargo, cuando un acontecimiento es muy importante, se suele decir, todos sabemos qué hacíamos o donde estábamos. Yo les cuento que aquel 19 y 20 de diciembre del 2001, yo estaba con mi moto, mi casco y mi morral cruzado trabajando de mensajero en el microcentro. Es decir, fui parte de esas jornadas porque trabajaba por ahí y me tocó estar en el lugar indicado en el momento exacto. Pero mis alumnxs no habían nacido. Entonces, cuando hoy tengo que enseñarles la crisis del 2001 hago un esfuerzo por separar memoria e historia. Sin embargo, Eric Hobsbawm decía que eso era difícil. Lo cierto es que, cuando hablo del 2001, se me cruzan experiencias personales que permiten, en cierta forma, respaldar algunos datos históricos.

 

El tiempo de la coyuntura.

Para explicar las jornadas del 19 y 20 de diciembre no puedo quedarme con el tiempo corto, necesito, por lo menos, el tiempo de la coyuntura. Para enseñar la crisis del 2001 necesito retrotraerme al inicio de la década neoliberal. La hiperinflación, los saqueos de mayo de 1989 y el adelantamiento del traspaso del mando de Raúl Alfonsín a Carlos Menem. Inmediatamente, tengo que enseñar el Consenso de Washington y las leyes de Reforma del Estado y la Convertibilidad. El desarrollo de ambas políticas económicas, sumadas a los superpoderes del presidente causaron un proceso constante de privatizaciones, desocupación, reformas laborales, aumento de la pobreza y la instalación de un sistema político corrupto. El cambio de gobierno de 1999 no mejoró nada, peor, profundizó la desocupación, la pobreza, la deuda externa y la desconfianza en la clase política. Entonces les digo a mis alumnxs que para comprender el 2001 hay que entender toda la década neoliberal de 1989/2001.

 

El tiempo largo. El de las estructuras y las mentalidades.

Entonces, para explicar la década del 1990, es necesario arrancar desde 1976. Como escriben Karina Forcinito y Victoria Basualdo, allí comienza un proceso de transformación económica neoliberal en nuestro país, lo que significó un cambio en el régimen de acumulación. El pasaje de un modelo industrialista a uno financiero-especulativo. Allí explico las causas de la dictadura cívico-militar, los planes económicos, la política del terrorismo de Estado que permitió aplicar esos planes y el inicio de un periodo de destrucción constante del aparato productivo, de las relaciones sociales, de las mentalidades. Entonces, para explicar las jornadas del 19 y 20 de diciembre en necesario comprender toda la película. No solo mirar una foto o un documental de 5 minutos en las redes.

 

El 2001 para mis alumnxs es como el Cordobazo para mí. Cuando yo iba al colegio me enseñaban la rebelión popular en Córdoba de la misma manera que yo enseño el 19 y 20. El Cordobazo (29 de mayo de 1969) me lo enseñaron como acontecimiento, pero también como coyuntura, es decir, dentro de la dictadura de Juan Carlos Onganía. Y, finalmente, me lo enseñaron en el tiempo más largo, es decir, desde 1955. Mis profesorxs me explicaron que en 1955 hubo un golpe de Estado y que, a través de la persecución, proscripción y represión del peronismo y del movimiento obrero en general, se inició un proceso de resistencia, no sin contradicciones, que, cuando confluyeron los obreros mejores pagos y sus hijxs universitarios en la capital cordobesa, sucedió el levantamiento popular más importante de la década que logró voltear, por lo menos, la dictadura de Onganía.

Después me enseñaron la radicalización política de la juventud, de lxs intelectuales y de lxs artistas. Me enseñaron el contexto latinoamericano con la revolución cubana y el contexto mundial de la guerra fría y los procesos de descolonización y lucha armada. En fin, esa historia de “lxs de abajo” que me enseñaron a mí, yo la aplico a mis alumnxs recuperando, como decía Rodolfo Walsh, esa continuidad de historias de luchas populares.

 

Diciembre del 2001 condensa las crisis y las historias de lucha de nuestro país. Allí confluyeron distintos actores que ya venían luchando por separado: trabajadorxs ocupadxs y desocupados, jubiladxs, docentes, ahorristas estafados y jóvenes víctimas del gatillo fácil. Esos días confluyeron en la calle la pobreza y la desesperación con la bronca y la solidaridad.

En definitiva, a mis estudiantes les explico que el 2001 expresa, de alguna manera, esa gran frase que dice “luchar, vencer, caerse; levantarse y volver a luchar hasta que se acabe la vida”. Pensándolo como trabajadorxs en el largo tiempo, podemos decir que hemos luchado, hemos perdido, pero nos hemos levantado y vuelto a luchar. Y de eso trata. De pensar la historia de largo plazo. Les explico que, a diferencia de los que nos quisieron hacer creer en los 90´s, la historia no terminó, existe mientras haya personas que se organicen para satisfacer sus necesidades. Y si estas no están satisfechas para todxs, no tengan dudas, que nuestro pueblo sabrá levantarse y luchar hasta que acabe la vida.

Lucas son todxs mis alumnxs

Por Luis Klejzer

Lucas González tenía la edad de nuestrxs alumnos que egresan esta semana. También jugaba a la pelota como muchos de nuestrxs estudiantes. Y como muchos de ellxs, era pobre, con visera y permanentemente verdugueado por las policías de uniforme o de civil.

Ya explicamos muchas veces en nuestra escuela el significado del término Gatillo Fácil. Pero pareciera que hay que seguir explicándolo porque nunca pasa de moda.

El gatillo fácil es esa acción por la cual las policías y todas las fuerzas de seguridad disparan contra los jóvenes pobres sin otra razón que el disciplinamiento social.

El disciplinamiento que se busca es lo que antes se imponía con el servicio militar obligatorio que tenía el mismo espíritu represivo a una edad donde lxs pibxs definen sus gustos, orientaciones de género, sus ideas políticas etc. La represión institucional opera como un reproductor físico, mental y económico del sistema capitalista.

Lucas iba a un club de fútbol. Solidario como pocxs, ese día había llevado a tres amigos a probarse. Cuando salieron, una brigada de la comisaría 4 de Barracas estaba “cumpliendo con su deber”. Como todos los días, identificando pibes pobres, en auto o moto, con visera o zapatillas de marca. Como todos los días, le cruzaron un móvil sin chapa al auto de Lucas y sus amigos, se bajaron sin identificación, dispararon 12 tiros y mataron a Lucas. Estaban haciendo su trabajo. El de todos los días. El de todas las brigadas de todas las comisarías.

Lucas cayó con dos balazos policiales. Uno de sus amigos salió corriendo a avisar que les estaban robando y matando y los policías que lo escucharon, también cumplieron con su trabajo: los tiraron al piso, los esposaron y los llevaron detenidos a un reformatorio. Mientras tanto, el juez de menores los trató de delincuentes. Cosa de todos los días.

Mientras tanto, Lucas moría. De un balazo, de dos; de impunidad, de abandono. De disciplinamiento social, de estigmatización. De fake news, de balas mediáticas que nunca se callan. De todo eso que repiten los clasemedieros que escupen odio por las redes y votan, masivamente, a cualquier derecha que se le presente delante en el cuarto oscuro.

 

En nuestra escuela hay varixs Lucas. Pienso en Ayrton que no puede quedarse quieto en el aula. Pienso en Antonella que sufre las inundaciones apenas llueven unas gotas. Pienso en Sebastián que identifica a los patrulleros estacionados en las salidas “del barrio”. Pienso en Leonela que extraña a su familia que dejó en Formosa. Pienso en cada unx de ellxs que no sabe qué carajo va a hacer el año que viene o en 10 años.

 

En nuestras clases de ciencias sociales estos temas son muy recurrentes. Porque, como aconsejaba Paulo Freire, quien habla con sus estudiantes y no solo les habla a ellxs, escucha antes de hablar. Ahí está la clave de la educación: en el diálogo. Aún más, ese diálogo debe ser contextuado, es decir, se debe dar en el marco de la realidad material de ellxs. Entonces, cuando un profe quiere introducir un tema del programa debe comenzar por lo que llamamos la puerta de acceso al tema. Generalmente es una nota de un diario (ahora redes), una noticia que tenga que ver con ellxs.

Entonces, cuando llevé la noticia de Lucas al aula lxs pibxs ya sabían lo que había pasado. Sabían de Lucas, del esfuerzo para entrar a un club, del sueño de jugar en primera; pero también del patoteo policial, del entramado narco-policial y de tantas injusticias que en sus palabras no se expresa de la misma manera que en el programa de estudios del ministerio.

 

El otro gran asunto es la expresión "Lucas era inocente" que se fue instalando desde los medios una vez descartada la coartada policial. En ese sentido, se introduce la idea que si hubiera sido un pibe chorro "se lo merecía". Eso me llevó a recordar la primera clase de Sociedad y Estado de este año. El tema fue la definición de Estado. Yo tiré: el Estado es quien tiene el monopolio del uso de la fuerza en un territorio determinado. Y el Estado está representado por las instituciones.

La respuesta de varixs alumnxs me sorprendió, más a mí que a mis colegas. Ellos querían poder usar armas para defenderse de los chorros. Me quería morir, empecé el año con el pie izquierdo. Me marcó todo el año. Y al final del ciclo lectivo sucede lo de Lucas. Un pibe de la edad de ellos. De alguna manera, este caso me permitió retomar esa clase inicial y cerrar así un ciclo formativo donde la última clase del año me permitió explicar la primera:

“Lucas es inocente, pero no porque no hizo nada, es inocente porque a los 17 años no tiene la culpa de vivir en un sistema de impunidad que lo precede; es inocente de haber nacido en un país que fue víctima de las peores violaciones a los derechos humanos; es inocente de vivir en una sociedad que lo estigmatiza; es inocente de la existencia de medios de comunicación que vomitan odio; es inocente de vivir en un país donde uno de cada dos Lucas vive en la pobreza”

 

Para finalizar es importante aclarar que, además, es inocente porque hay culpables y son varios:

 

El asesino material.

El comisario recaudador.

El jefe de la policía que dirige una institución corrupta.

El ministro de seguridad que sostiene y reproduce una fuerza con ideología fascista.

El jefe de gobierno que especula con la muerte.

La fuerza política que gobierna la ciudad que surgió de una tragedia juvenil en Cromañón (y ahora la masacra)

El sistema político corrupto que mantiene, sostiene, financia y reproduce el disciplinamiento juvenil a base de represión, tortura en comisarías, abandono de personas en los ríos, venta de drogas, trata de personas y liberación de territorios etc.

A Lucas lo mató la policía. Pero lo vuelven a matar todos los días cuando dejan a lxs pibxs sin trabajo, sin vacantes en las escuelas, sin espacios verdes para un picado, sin futuro.

Esta vez, por favor, no dejemos que todo quede en la impunidad. Lucas, como todos los nadies, necesita justicia y para que haya justicia debemos comprometernos todxs en buscarla, en las calles y en las aulas.

 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Esquivando espadas mediáticas y neoliberales

 

Por Lola Sultani, Mica Fernández, Chano Itzcovich y Luis Klejzer

¿Cómo te llamás?

¿Qué hacés ahí?

¿Lo decidiste vos o te obligaron?

¿Dónde está tu profe?

¿Cómo llegaste hasta la escuela?

 

Hace unas semanas el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió, unilateralmente, abrir las escuelas para que entren muchos periodistas, muchos funcionarios y pocos alumnxs. La idea es sacar este tipo de fotos. Lo que se dice: marketing político.

En cuanto recibimos la noticia por los medios de comunicación, nos juntamos docentes y estudiantes y nos dimos cuenta que se nos están riendo en la cara. Esta disparatada decisión del gobierno de Rodríguez Larreta, que contó ahora con la aprobación del ministro Trotta, expone a estudiantes, docentes y sus familias al virus en el peor momento.

Ellos proponen una revinculación, pero, a la vez, dicen que no sería una vinculación pedagógica, sino, más bien, de recreación.

La ministra Acuña quiere que vayamos a las escuelas a sentarnos en una ronda, a pleno sol y con un profe en el medio. ¿Qué vinculación es esa? ¿Vincularnos a qué?

 

Basta de decir que no hay clases. Lxs estudiantes y lxs docentes somos quienes construimos la escuela diariamente. Somos quienes más extrañamos a nuestrxs compañerxs. Desde marzo venimos cursando como podemos. Algunxs con computadora, otrxs con celular y muchxs, sin conectividad, retirando trabajos prácticos impresos. Lxs profes preparamos los trabajos. Lxs estudiantes los hacemos y los mandamos. Y, finalmente, los profes los corrigen.

 

Entonces: ¿Qué es lo que no funciona?

La falta de recursos de muchxs estudiantes.

¿Y cómo se resuelve?

Entregando computadoras e internet gratis.

 

Tenemos la sensación de que nos están usando. Nos sentimos en el medio de una pelea por abrir o no las escuelas en plena pandemia, sin preguntarnos y sin comprender la angustia por la que estamos pasando. Una presión fomentada por intereses económicos o políticos que no contemplan nuestras necesidades.

Además, tenemos ejemplos en el país y en el mundo de que no sirvió de nada y que, por el contrario, favoreció a la expansión del virus. Muchas provincias y algunos países tuvieron que volver atrás con la decisión.

 

La foto de este alumno, menor de edad, atravesado por espadas periodísticas neoliberales, es una muestra de la poca importancia que tiene para el Gobierno de la Ciudad, la salud de la población.

Nos dicen que las escuelas son bares. Nos culpan de haber “caído” en escuelas públicas. Pero no saben que todo esto pasará y quedará bien claro en nuestra retina la imagen de este alumno atragantado por el odio inoculado desde esos micrófonos que solo buscan rating y votos.

 

La escuela es otra cosa. La escuela, para nosotrxs, docentes y estudiantes, es el espacio donde le damos batalla a la ignorancia de estos gobernantes. Queremos ir a la escuela a enseñar, aprender y pensar. Para no ser como ellos. Para ser mejores. Para construir un país distinto al que nos dejan ellos. Para que no haya chicxs vulnerados en sus derechos como el pibe de la foto. Eso, seguro, no lo queremos.